Puerto Vallarta despide hoy a una mujer entrañable, querida y profundamente recordada: Linda Kennedy. Su legado va más allá de los años que compartió con nosotros en esta comunidad vibrante. Fue compañera, cocinera, creadora de contenido y, sobre todo, una persona luminosa que dejó una huella imborrable.
Una presencia que unía al equipo y contagiaba alegría
Quienes tuvieron la fortuna de trabajar con Linda —especialmente dentro del equipo de Timothy Real Estate Group— coinciden en lo mismo: era una presencia única. Siempre con una sonrisa, con una palabra amable, con una disposición genuina para hacer que el entorno laboral se sintiera como una familia. Linda hacía que cada día de trabajo fuera más cálido, más ligero, más humano.
Su simpatía no era efímera; era una forma de ser. Sabía escuchar, sabía hacer reír, sabía apoyar. Era el tipo de compañera que todos quisiéramos tener cerca.
Linda Kennedy: Cocina, creatividad y corazón
Pero Linda no solo se ganó el corazón de Puerto Vallarta por su calidez: también por su cocina. Era una cocinera excepcional, y lo que hacía especial su talento era que lo compartía con entusiasmo y generosidad.
En una idea tan original como encantadora, Linda combinó su amor por la cocina con su trabajo en bienes raíces. En su pequeño canal de YouTube, preparaba recetas caseras desde las propiedades en venta del grupo inmobiliario. De esta forma, no solo mostraba el diseño y los espacios de las casas, sino que transmitía la calidez de un hogar habitado con amor y sabor.
Cada video era una extensión de su personalidad: creativa, espontánea, cercana. Así se ganó también la atención de clientes, colegas y vecinos, quienes esperaban con gusto sus recetas y su presencia frente a la cámara.
Linda compartió su vida con Lucio, su esposo, con quien formó una pareja entrañable. Juntos fueron una parte querida y constante de la vida comunitaria de Puerto Vallarta, siempre presentes, siempre dispuestos a compartir.
Hoy, Puerto Vallarta extraña su risa, sus platillos, sus videos, sus conversaciones. Extrañamos su energía, su amabilidad, su talento y su generosidad.
Linda Kennedy nos enseñó que una vida vivida con alegría, con sabor y con cariño por los demás es una vida que permanece. Su recuerdo sigue vivo en cada persona que la conoció, en cada receta que compartió, en cada espacio que llenó con su calidez.
Descansa en paz, Linda.

