El genio de Sir Edwin Lutyens, reconocido por la monumental ciudad de Nueva Delhi, se materializa en la Casita de Muñecas de la Reina María de Teck, una obra que trasciende su modesta apariencia para convertirse en una joya arquitectónica sin igual.
La chispa que encendió la creación de la casita surgió de la princesa María Luisa, quien, conmovida por la Primera Guerra Mundial, deseó ofrecer un regalo inolvidable a su amiga, la Reina María. En ella, no solo se materializaba un gesto de amistad, sino un símbolo de esperanza y renacimiento en tiempos difíciles.
Un Proyecto Meticuloso
Para dar vida a su visión, María Luisa convocó a Lutyens, un amigo entrañable y genio de la arquitectura. Juntos, y junto a un comité exigente, definieron cada detalle de la casita, cuidando que cada elemento irradiara calidad y refinamiento. El estilo eduardiano elegido fue un tributo a una era de esplendor y tranquilidad, un refugio en medio de la convulsión de la época.
Más que una Casita de Muñecas
Más que una simple casita de muñecas, la creación de Lutyens se convirtió en una mansión en miniatura. Equipada con todas las comodidades de una casa real, incluyendo electricidad, agua corriente y ascensores funcionales, la casita se convirtió en un espectáculo de la artesanía y el talento. Más de 1.500 artistas, artesanos y fabricantes de la época dedicaron su expertise a crear esta obra maestra, que se exhibió con orgullo en la Exposición del Imperio de Wembley en 1924.
Un Legado Vivo
Un siglo después, la Casita de la Reina María continúa cautivando al mundo. En el marco de su centenario, la Reina Camilla ha asumido el papel de protectora de esta joya arquitectónica, renovando la impresionante biblioteca de la casa con 20 nuevos manuscritos de destacados autores e ilustradores contemporáneos. Estos nuevos textos, inspirados en gran medida por la propia casita, son una muestra de la vibrante literatura británica actual y mantienen viva la tradición de la literatura en miniatura.
Un Símbolo Perenne
La Casita de la Reina María, un regalo real convertido en leyenda, es un símbolo de creatividad, atención al detalle y pasión por la arquitectura. Su legado, que se extiende desde su origen como un presente personal hasta su estatus como la casa de muñecas más grande y famosa del mundo, es un homenaje al talento humano y a la belleza duradera del diseño.
La renovación de la biblioteca por parte de la Reina Camilla, un siglo después de su creación, consolida la importancia de esta obra como un tesoro cultural y un símbolo de la constante evolución del arte y la literatura. La Casita de Muñecas de la Reina María, con su encanto imperecedero, invita a descubrir un mundo de sueños e historias pues ahora se puede visitar en el Castillo de Windsor