Por Diego Arrazola
Sentada en un café en la Zona Romántica, Susan se refresca con una botella de agua. Esta Gerente de Proyectos retirada, procedente de Toronto, es una “happy resident” de Puerto Vallarta, ciudad que dice gozar al máximo. Además de disfrutar su condominio, goza de calidad de vida: clima, gastronomía, bellezas naturales, nobleza de la gente, y no menos importante para ella: el acceso a satisfactores para el espíritu.
Creadora y consumidora de arte, esta canadiense asegura apreciar enormemente la diversa oferta que tiene a su disposición. Junto con muchos locales, residentes, visitantes, Susan está pendiente y participa en cursos y talleres, exposiciones de pintura y escultura, recorridos guiados por las esculturas del Malecón, shows musicales en restaurantes y bares, exhibiciones de ballet folklórico en parques, etcétera. A lo que añade las festividades de su nueva patria: como los desfiles de charros, las fiestas de septiembre, Día de Muertos, preparación y degustación de comida típica…
“Hay mucho que hacer aquí”, comenta sobre las actividades artísticas y culturales que saturan su agenda, además de ir a la playa, gozar de la naturaleza y participar en grupos de amantes de la gastronomía. Pintora y dibujante, Susan está orgullosa de ser una de las artistas que decoraron recientemente con mosaicos las columnas del parque Lázaro Cárdenas, y señala que está considerando tomar clases de escultura.
Así como ella, centenas de residentes y turistas disfrutan de Puerto Vallarta algo más que Sol, mar, montaña, spas y buenos restaurantes. Porque el visitante no solo vive de playa y brisa. Necesita también alimentar el espíritu, algo para lo que esta población costera se pinta sola.
Puerto Vallarta es una fiesta
Sin temor a exagerar, esta ciudad es una fiesta de arte y cultura todo el año, con música en vivo en restaurantes y bares, conciertos y baile en Los Arcos del Malecón, danzón en la Plaza de Armas, cabaret en el Centro y la Zona Romántica, exposiciones de fotografía en galerías o al aire libre, conferencias de diversos tópicos, ferias del libro, funciones de cine en el Centro Universitario de la Costa (CUC), cursos y talleres en el Centro Cultural Los Mangos o bien en locales de la Zona Romántica. Incluso, centros comerciales como La Isla o Galerías se han preocupado por programar exposiciones de artes plásticas, música o baile para sus visitantes.
Una de las características que hacen diferente a esta ciudad es que, a diferencia de otros sitios de playa, es un lugar asociado al arte y la cultura. A ello se suma su arquitectura de pueblo típico de la montaña, con calles empedradas, o bien el creciente número de murales callejeros por todas partes, lo que convierten a la población en una suerte de museo vivo. El arte brilla por todas sus calles, además del Sol del Pacífico.
No pocos artistas o coleccionistas han elegido esta Bahía para vivir o venir a descansar. Puerto Vallarta es tierra también fértil para la creación de pintores, escritores, fotógrafos, escultores, artesanos, músicos, arquitectos, decoradores… Es una meca para crear y gozar.
Galerías y mucho más
Tan solo galerías es uno de los puntos a destacar, para alegría de los artistas y compradores. Ninguna ciudad de playa en México tiene la cantidad y calidad de lugares para exponer y adquirir pintura, escultura e incluso artes decorativas. De acuerdo con sitios como Trip Advisor, en las Cosas qué Hacer en Puerto Vallarta el Art Walk ocupa el número 20. Entre fines octubre y mayo, una docena de galerías del centro se organizan para recibir al público, los miércoles en la tarde y ofrecerles bocadillos y bebidas, al tiempo, obviamente, de presumir sus obras en exhibición.
Aunque no hay un registro preciso de las galerías existentes en la ciudad, que datan desde los años 80, hay por lo menos una veintena de establecimientos decentes en el centro y Zona Romántica con obras de artistas nacionales y foráneos. No necesariamente hay que comprar, uno puede simplemente a mirar y llenarse la vista y el corazón de belleza y creatividad.
Si bien predominan artes visuales en Puerto Vallarta, de pronto uno puede encontrar exhibiciones de danza o exposiciones colectivas de fotografía en el lobby del hotel Rosita, y frecuentes conciertos musicales o exposiciones al aire libre en el Malecón.
La galería OPC, un ecléctico y activo centro difusor del arte ubicado en la avenida Juárez 598, en el centro, es sede de exposiciones, música, conferencias… que no hay que perderse. De igual modo, la Biblioteca-Centro Cultural Los Mangos, en Francisco Villa 1001, colonia Versalles, es un must para locales y residentes; conviene anotar en la agenda su subasta anual de arte, con venta de obra de artistas reconocidos y otros apenas en ascenso.
Es muy conveniente estar atentos también a la cartelera del Instituto Vallartense de Cultura, al igual que a la del Centro Universitario de Costa. Siempre habrá algo digno de hacer o ser disfrutado en ambas opciones.
Una caja de sorpresas es Puerto Vallarta. No se cansa uno de tantas opciones para alimento del intelecto y el espíritu. Aburrirse es una palabra que no existe en el vocabulario de locales y residentes, como sugiere Susan, canadiense que fue atrapada por esta costa y decidió pasar el resto de su vida aquí. Mientras comparte su gusto por vivir en esta ciudad y enumera su agenda de actividades artísticas y culturales, pasa por su mesa un pintor ofreciendo algo de su producción, obras que iluminan su mirada y parecen alegrarle el día.