El brutalismo es más que un estilo arquitectónico: es una declaración estética que emergió con fuerza tras la Segunda Guerra Mundial. Su nombre proviene del francés béton brut, que significa “hormigón en bruto”, el material emblemático que definió su identidad visual.
A diferencia del modernismo tradicional, el brutalismo apostó por estructuras monumentales, expresivas y sin adornos, donde la forma revela la función sin disfraz.
Entre sus precursores destaca Le Corbusier, cuyo proyecto Unité d’Habitation sentó las bases de una arquitectura funcional, social y provocadora que ha influenciado generaciones.
El brutalismo en el cine contemporáneo
La película The Brutalist, protagonizada por Adrien Brody, marca un renovado interés por esta estética arquitectónica. En el séptimo arte, el brutalismo encarna escenarios densos, introspectivos y visualmente poderosos. Su presencia en el cine refuerza su valor simbólico como representación de poder, control o utopía.
Brutalismo en América Latina: funcionalidad, arte y resistencia
América Latina adoptó el brutalismo con creatividad y fuerza. El crecimiento urbano, las demandas funcionales y el impulso por una identidad arquitectónica propia impulsaron su desarrollo en toda la región.
Biblioteca Nacional Mariano Moreno – Buenos Aires, Argentina

Diseñada por Clorindo Testa y Alicia Cazzaniga, esta obra monumental se eleva sobre pilotes, respetando el entorno verde. Su carácter escultórico y monumental la convierte en uno de los íconos brutalistas del continente.
Banco Central – Ciudad de Guatemala

De José Montes Córdova y Raúl Minondo, este edificio integra relieves de hormigón con iconografía maya, fusionando modernidad con identidad cultural.
Edificio de la Cepal – Santiago de Chile


Inspirado por Le Corbusier y diseñado por Emilio Duhart, combina paisaje, concreto y agua para lograr un equilibrio entre brutalismo e integración ambiental.
Biblioteca Central de la UNAM y Museo Rufino Tamayo – Ciudad de México


La Biblioteca Central, con su fachada de mosaicos prehispánicos diseñada por Juan O’Gorman, representa una fusión entre arte y estructura. El Museo Tamayo, en cambio, muestra la evolución del brutalismo hacia espacios culturales de vanguardia.
Catedral Metropolitana – Río de Janeiro, Brasil


Con su diseño piramidal y vitrales interiores, esta catedral redefine el brutalismo religioso, uniendo monumentalidad con espiritualidad.
Teatro Teresa Carreño – Caracas, Venezuela


Ejemplo del brutalismo tardío, destaca por su imponente volumen y acústica de primer nivel, siendo uno de los centros culturales más importantes de la región.
Embajada de Rusia – La Habana, Cuba

Este edificio icónico, con su forma de torre, simboliza la influencia soviética y el poder del diseño brutalista en el Caribe.
Un estilo entre la controversia y la admiración
El brutalismo genera emociones encontradas. Para algunos, sus formas crudas y estructuras masivas pueden parecer frías; para otros, son manifestaciones de una honestidad arquitectónica sin concesiones.
Hoy, su presencia en películas, revistas de arquitectura y espacios digitales demuestra su vigencia cultural y su influencia en nuevas generaciones de diseñadores. Desde los barrios latinoamericanos hasta los sets de cine, la arquitectura brutalista sigue desafiando los cánones estéticos y proponiendo nuevos modos de habitar el espacio urbano.