Entre las dos corrientes del Río Cuale, justo en el corazón del centro histórico de Puerto Vallarta, se extiende un pequeño paraíso urbano cargado de identidad, cultura y tradición: la Isla del Río Cuale, que en 2025 celebra su centenario con una nueva distinción que subraya su valor único: ha sido declarada Patrimonio Turístico de la Ciudad por el Ayuntamiento local.
De accidente natural a ícono urbano
La isla nació en octubre de 1925, cuando una gran tormenta provocó una crecida del río que dividió su cauce y dio origen a este islote natural. En sus inicios, la zona era prácticamente rural: un espacio rodeado de vegetación tropical, casas de adobe y lavanderas que acudían al río.

Fue durante las décadas de los 60 y 70, con el auge turístico de Puerto Vallarta tras el rodaje de La noche de la iguana (1964), que la isla comenzó a transformarse en un punto de interés urbano. En honor a ese momento histórico, la isla alberga hoy una escultura del director John Huston, símbolo de la película que marcó un antes y un después para la proyección internacional del destino.


Evolución cultural: de naturaleza a arte
A partir de los años 80, una serie de intervenciones impulsadas por artistas locales y el Ayuntamiento municipal convirtieron a la isla en un espacio cultural vivo. Se instalaron puentes colgantes, senderos empedrados, talleres de arte, tiendas de artesanía, librerías y cafés bohemios, todo ello enmarcado por el sonido del río y la sombra de los árboles.


Hoy, el Instituto Vallartense de Cultura, el Museo del Cuale y múltiples iniciativas artísticas y educativas tienen su sede en la isla. Aquí se organizan conciertos, ferias, presentaciones, talleres y actividades al aire libre que fortalecen el tejido cultural local.
¿Qué implica ser Patrimonio Turístico de Puerto Vallarta?
La distinción como Patrimonio Turístico de la Ciudad —otorgada por el gobierno municipal en 2025— no solo reconoce el legado histórico, ambiental y social de la isla, sino que también garantiza su protección legal en materia de desarrollo urbano y conservación ecológica.
Convertirse en patrimonio implica preservar su autenticidad y su biodiversidad, así como mantener vivo el carácter artístico y popular que la define. Es también un reconocimiento del papel que juega este espacio en la experiencia turística y ciudadana de Puerto Vallarta.
Una isla con muchos nombres y muchas vidas
Originalmente conocida como Isla Santa Clara o Isla de los Niños, este rincón del río Cuale ha tenido múltiples usos a lo largo del tiempo: abastecimiento de agua, área de lavanderas, espacio de juegos infantiles, mercado de artesanías y, más recientemente, centro gastronómico con la llegada de restaurantes de alta cocina que dialogan con la naturaleza.
A través de los años, la isla ha sido punto de encuentro, de expresión y de transformación. Ha resistido lluvias, crecidas, proyectos fallidos y cambios de gobierno, manteniéndose como un espacio profundamente querido por los vallartenses.
El alma viva de la ciudad
A cien años de su formación natural, la Isla del Río Cuale es mucho más que un accidente geográfico: es la manifestación física del alma de Puerto Vallarta. Es un espacio donde lo natural, lo histórico y lo artístico conviven en armonía.
Porque si el Malecón es el rostro turístico de la ciudad, la isla del Río Cuale es, sin duda, su corazón palpitante: un lugar donde se entretejen las memorias locales, la creatividad contemporánea y el espíritu comunitario que define a esta joya del Pacífico mexicano.


