El anuncio del Premio Pritzker 2025 ha puesto en el centro de la conversación arquitectónica internacional a Liu Jiakun, un arquitecto chino cuya obra se distingue por una sensibilidad profunda hacia el entorno, la memoria y la vida cotidiana. Su arquitectura no busca deslumbrar con formas grandilocuentes, sino conectar con la tierra, la historia y las personas a través de una poética silenciosa y poderosa.
Arquitectura enraizada en la tierra


La obra de Liu Jiakun es un manifiesto de honestidad material y respeto por el contexto. Utiliza materiales vernáculos como el bambú, la tierra apisonada o el ladrillo local no como una nostalgia estética, sino como una elección consciente que refuerza la sustentabilidad, la eficiencia térmica y la integración con el paisaje. Sus edificios no irrumpen: dialogan con el entorno.
La memoria como elemento arquitectónico

Muchos de los proyectos de Liu Jiakun incorporan estructuras existentes, materiales recuperados o referencias a típicas formas constructivas regionales. Esta visión permite tejer una narrativa espacial que conecta el pasado con el presente, generando una sensación de arraigo, continuidad y pertenencia. Caminar por una obra de Jiakun es experimentar la historia viva del lugar.
Liu Jiakun: Sencillez como expresión poética

El enfoque formal de Liu Jiakun se basa en la depuración de formas, la claridad estructural y la atención al detalle. Lejos de simplificar, esta aparente austeridad amplifica la expresividad de la luz, las texturas y los materiales. Su arquitectura invita a la contemplación, al silencio y a una conexión sensorial con el espacio.
Espacios pensados para las personas
Uno de los valores centrales en su obra es la dimensión humana. Museos, escuelas, viviendas y espacios públicos firmados por Jiakun están diseñados para fomentar la convivencia, la reflexión y el bienestar. Cada proyecto busca enriquecer la experiencia diaria de quienes los habitan.
Una voz necesaria en la arquitectura global
En un panorama dominado por el impacto visual y la tecnología descontextualizada, la arquitectura de Liu Jiakun se alza como un recordatorio de que la belleza también puede nacer de la sencillez, la memoria y el respeto al lugar. El Premio Pritzker 2025 reconoce no solo una trayectoria, sino una filosofía profundamente contemporánea: construir con el alma, para las personas y en diálogo con la tierra.