Dicen que hay personas que nacen con estrella y otras que nacen estrelladas y Britney Spears tiene el dudoso honor de vivir las dos caras de la misma moneda de forma simultánea. Actriz de Disney desde los 6 años, creció en un medio donde imperan intereses y aspiraciones muy diferentes al resto de los mortales. Exitosísima en su faceta de cantante desde la adolescencia, Britney ha probado todos los sinsabores del éxito.
Muy inestable, Britney no supo, o pudo, digerir la fama mundial que alcanzó cuando su vida privada se desmoronó y todo empezó a rodar hacia abajo: su padre reclamó la tutela debido al comportamiento errático de la cantante que en varias ocasiones puso en peligro su vida; sus adicciones y los fracasos en sus relaciones amorosas acabaron con la cantante internada en centros psiquiátricos por larga temporadas contra su voluntad. En cuanto a sus hijos adolescentes, Sean y Jayden, habidos durante su matrimonio con Kevin Federline han declarado que no quieren mantener ninguna relación con su madre.
El año pasado Britney logró recuperar su libertad y deshacerse de la tutela legal que su padre mantuvo durante 13 años sobre ella la cual parece haber dejado huellas profundas en su psique según se puede ver en el documental “Britney vs Spears” en la que se narra el infierno que vivió mientras duró la potestad paterna y que fue prácticamente esclavizada. Por otro lado en los últimos tiempos se ha presentado con un éxito arrollador en Las Vegas y aunque hace muchos años que no lanza ningún hit, se ha mantenido en activo en su vida profesional.
A raíz de la liberación legal de su padre, Britney se comprometió con el paparazzi Sam Asghari, y en julio del año pasado contrajeron matrimonio, esto la llevó a mudarse de Las Vegas a los Angeles donde hace 11 meses adquirió una mansión en Estates at The Oaks, en Calabasas, California, sobre un terreno de 6475 metros cuadrados que incluye una casa principal y una cabaña de invitados. La casa tiene siete habitaciones y nueve baños, y fue construida en 2008.
Después de un sonado incidente en un restaurante angelino a finales del año pasado donde Britney perdió la compostura y hasta la policía tuvo que acudir para calmarla, la cantante volvió a entrar en una espiral psicótica y decidió poner en venta la casa recién adquirida, debido a que, según ella, tanto la policía como sus fans la acosaban constantemente. La casa acaba de venderse por US $10.1 millones. Reportando una pérdida en la operación de $1.9 millones de dólares a tan sólo 8 meses de su adquisición.
Los registros indican que el comprador es Ezekiel Tyson Jr., un abogado de lesiones personales con sede en Dallas e inversionista veterano en bienes raíces.
