A 20 kilómetros al norte de Puerto Vallarta, y en plena Bahía de Banderas, se localiza Bucerías. Se trata de un pueblo tranquilo, a orilla del mar, por supuesto, donde la vida corre sin sobresaltos, con los beneficios para la salud y el alma que todo eso trae.
Si bien es un hecho que la vida en esta costa es relajada, la pequeña localidad nayarita es, sin exagerar, un remanso de paz. Un sitio que ofrece aún más tranquilidad en una región ya de por sí calmada. Hay que advertirlo, Bucerías no es para todos; habrá a quienes no les satisfaga su rutina sosegada; quien busca bullicio, glamour, multitudes, tiendas grandes, bien haría en dirigirse a Puerto Vallarta.
Si se busca un sitio pequeño, ideal para caminar, frente a la playa, con hoteles pequeños, suficiente oferta de casas y condominios, así como spas, centros de yoga, tiendas de artesanías y galerías de arte, junto con un moderno hospital, tres supermercados muy bien surtidos, más la cercanía de un campo de golf, debe considerar seriamente Bucerías.
Comer, beber y caminar por Bucerías
Quien gusta de la buena comida (local e internacional), refrescantes tragos y el subyugante aroma de los espressi y capuccini para maridar ricos pasteles, no tendrá problema en encontrar a pocos pasos de su villa u hotel, una oferta muy decente, como la de ciudades más grandes. Luego de los alimentos es necesario y saludable caminar, y en este caso, con la ventaja de que se puede recorrer sus calles empedradas con casas bien cuidadas, construcciones llenas de color, plantas y flores, y poco tránsito.
Basta regresar a visitar de vez en vez a esta localidad para encontrar novedades. Poco a poco, se va expandiendo la oferta de bienes raíces, con propiedades encantadoras disponibles, según se aprecia en los abundantes anuncios de venta o renta. Llama la atención la apertura o remodelación de restaurantes (y no solo de pescados y mariscos), cafés y tiendas en esta población cosmopolita favorecida por estadounidenses y canadienses, como, por ejemplo, Joseph, quien ama Bucerías, por su “gente amable, restaurantes, tiendas, playas… Todo lo que necesito para descansar”, según comenta.
Al igual que Puerto Vallarta, la población tiene un Art Walk semanal. Los jueves en la tarde (de 7 a 9 PM) en la calle Lázaro Cárdenas las galerías y tiendas de artesanías reciben a sus visitantes con bebidas de cortesía y atención especial de sus propietarios para animarlos a adquirir alguna pintura, escultura o un detallito para regalar.
Vitamina Sea
La playa, de poco más de tres kilómetros, es una maravilla. El mar suele tener poco oleaje, y a diferencia de otras zonas de la Bahía no hay que pisar molestas piedras. A lo largo de esta tranquila franja de arena tibia, hay una atractiva variedad de restaurantes de mariscos y bares, al lado de condominios, villas y algunos hoteles.
Es posible también emprender paseos a caballo en la playa, desde la cual se disfrutan espectaculares puestas de Sol, y donde siempre hay espacio de sobra para tumbarse a disfrutar de la vista del océano, mientras los rayos del astro rey acarician y broncean la piel.
No sólo eso: hay en la playa al menos un par de sitios para masajes, una delicia para quien desea consentirse, pues no son caros como los de los grandes hoteles y cuya única música de fondo la proporcionan las olas del mar, mientras la brisa marina refresca el ambiente.
Otra de las ventajas del pueblo es que está situado a corta distancia de Nuevo Vallarta y Puerto Vallarta. Hacia el norte, y no lejos de ahí, se ubican la Cruz de Huanacaxtle y Punta de Mita, por citar un par de lugares atractivos cercanos.
Bucerías cuenta con pobladores muy amistosos y cálidos, muchos de los cuales hablan decente inglés. Y si no lo hablan, no hay problema, harán lo necesario para comunicarse y ayudar al visitante. Lo importante, es tomarlo con calma, sin estrés, que para eso el lugar se pinta solo.
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