La Princesa de Gales, Kate Middleton, quien se encuentra en proceso de recuperación de un cáncer, se ha retirado temporalmente de sus deberes reales para enfocarse en su tratamiento médico. Acompañada de su familia, la princesa ha encontrado en Adelaide Cottage, su residencia dentro del Castillo de Windsor, un oasis de paz y seguridad en estos tiempos difíciles.
Adelaide Cottage, hogar del Príncipe William y Kate Middleton junto a sus tres hijos desde 2022, es mucho más que una simple residencia real. Esta casa, ubicada a pocos minutos del Castillo de Windsor, atesora una rica historia y una arquitectura encantadora que la convierten en un refugio verdaderamente especial.
Historia de Adelaide Cottage
Construida en 1831 por Sir Jeffry Wyatville, Adelaide Cottage fue originalmente concebida como un refugio para la reina Adelaida de Sajonia-Meiningen, esposa del rey Guillermo IV. La reina Adelaida, conocida por su aprecio por la vida sencilla, encontró en esta encantadora casa un escape de las rigideces de la corte real. Con su estilo Tudor Revival, la casa se distingue por su exterior de estuco rosa pálido, techos ornamentados, acogedoras estancias y una decoración que refleja el gusto personal de la reina, creando un ambiente hogareño y acogedor.
La arquitectura de Adelaide Cottage es una amalgama de estilos Tudor y Regency, con una planta rectangular de dos pisos y un ático. Su fachada principal destaca por una puerta central en arco de medio punto, flanqueada por dos ventanas, mientras que las del segundo piso son más pequeñas y están coronadas por frontones triangulares. Rematada por un techo a dos aguas con chimeneas, la casa emana un encanto innegable.
La mudanza de los Príncipes de Gales a Adelaide Cottage marcó un cambio significativo en la vida de la familia real. Aunque la casa ofrece solo cuatro dormitorios, en contraste con las veinte habitaciones del Palacio de Kensington, refleja el deseo de la pareja de vivir de manera más simple y conectada con la naturaleza. Para Kate y su familia, Adelaide Cottage representa un símbolo de esperanza y fortaleza en medio de la lucha contra el cáncer.
Con su historia resonante y su entorno encantador, la casa ofrece un espacio para crear nuevos recuerdos y fortalecer los lazos familiares. En este momento desafiante, Adelaide Cottage se convierte en un refugio invaluable para Kate y su familia.
