¿Imaginas vivir en el paraíso sin agua? Esa es la cruda realidad que podría enfrentar Puerto Vallarta y Bahía de Banderas si no se toman medidas urgentes para enfrentar la escasez del vital líquido. La región se encuentra en riesgo de estrés hídrico, una situación que ya afecta a otras ciudades del país como la Ciudad de México, donde el suministro se ha reducido a la mitad en los últimos años.
Las causas son variadas: cambio climático, crecimiento poblacional, sobreexplotación de acuíferos, deforestación, deficiencias en la infraestructura y una gestión ineficiente del agua.
¿Qué está pasando con el agua en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas?
Por otro lado, en la región, ahora llueve menos. En junio de 2023 hubo en nuestra región un descenso en la precipitación pluvial: 60% menos respecto de la media para ese mes de 1991 a 2020. Cae menos agua y hace más calor. Esta escasez tiene consecuencias desastrosas en la salud, economía, alimentación y un sinfín de ámbitos.
Puerto Vallarta y la Bahía de Banderas enfrentan falta, baja presión o flujo intermitente del líquido. De acuerdo con Alfonso Baños, arquitecto y Maestro en Desarrollo Sustentable y Turismo por la Universidad de Guadalajara, y Doctor en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad, también por la UdeG, “hay una disminución sostenida en la captación de agua en ríos y afluentes superficiales, así como en los acuíferos. Ello motivada por situaciones globales, como el cambio climático, y regionales y locales, com la extracción de agua, modificación de cauces, impactos por extracción de materiales, masiva urbanización y poca innovación en el cuidado.”
En el sur de Nayarit hay una agravante: la dispersión de sus pobladores dificulta un suministro regular y eficiente del líquido. Tan solo en Bahía de Banderas se estima que 46% de las viviendas no gozan de abasto regular.
Puerto Vallarta está regado al norte por los ríos Ameca y Mascota, el Pitillal, la Vena de Santa María y el Cuale, en tanto que, al sur por los arroyos de Las Amapas, Las Estacas, el Carrizo, el Mismaloya, pero por la composición de sus suelos, la permeabilidad de la sierra es baja. En cambio, en las planicies costeras la infiltración y recarga de acuíferos es favorable gracias a los sedimentos aluviales y conglomerados que las componen. La ciudad se abastece mayormente de la explotación de aguas subterráneas: cerca de 75% corresponde a acuíferos. El resto se obtiene de ríos y afluentes superficiales.
Aunque, el año pasado la población pata salada sufrió altas temperaturas y, como resultado, deficiencias en la provisión de agua: baja presión e incluso falta del líquido, en un centenar de colonias. El retraso en la llegada de las lluvias hizo descender considerablemente los niveles de los mantos freáticos; para colmo, en octubre el huracán Lidia provocó interrupciones del servicio eléctrico, además de dañar la red de distribución afectando el suministro de agua potable.
¿Qué está haciendo SEAPAL?
SEAPAL, organismo público a cargo de agua y alcantarillado, trabaja para aminorar los efectos de la sequía anticipada para 2024. Luego de un caótico 2023 en cuestión de suministro, ha hecho obras de reencauzamiento de los ríos Ameca y Mascota, además de rehabilitar pozos profundos, sustituir equipo de bombeo a fin de duplicar el suministro. En previsión de contingencias, las autoridades han entregado tinacos para almacenar el líquido y cuando es necesario recurren al envío de pipas a quienes lo necesitan.
Lo que es imperdonable es el lucro económico y político con esta grave problemática. Para no ir lejos, ahí está el triste caso del gobierno municipal de Luis Michel en Puerto Vallarta, que enseña algo turbio al haber contratado pipas de agua a una empresa fantasma, que recibió cerca de $5 millones de pesos, a cuya supuesta propietaria nadie conoce y que tiene por domicilio fiscal una simple casa habitación. Cabe señalar que la familia del emprendedor Profe Michel posee un negocio de pipas de agua potable y que el alcalde, ahora en licencia, solía publicar fotos donando tinacos a los vecinos que carecían de suministro del líquido.
A juicio del doctor Baños –consultor en temáticas de planeación urbana y regeneración– tanto SEAPAL como OROMAPAS (para Bahía de Banderas), cuentan con personal capacitado, pero la gestión en ambas instituciones dista de ser la más eficiente: “Las administraciones son de tres años y ello dificulta la planeación de mediano aliento, algo indispensable por los montos de inversión requerida.”
¿Desalinización como solución?
De vez en vez, se pone sobre la mesa la posibilidad de desalinizar agua marina como solución a la escasez de agua potable. Por ahora los beneficios son debatibles pues estas plantas consumen altos volúmenes de energía. “Parecen ser una solución costosa en lo económico y en lo ambiental”, acota Baños.
Según datos oficiales, en México cerca de 78% del líquido se destina a fines agropecuarios, de modo que el consumo de industrias y hogares es marginal. En Bahía de Banderas –comenta el doctor Baños– buena parte se usa en la agricultura, aunque se tiene un distrito de riego que toma agua del río Ameca. El resto se requiere para el sector turístico y la vivienda de medio millón de habitantes en la región.
Expertos en estos asuntos llaman a las autoridades a reutilizar el agua tratada (para riego de áreas verdes) y además instan a que se aproveche el agua de lluvias para uso doméstico o comercial, pues se anticipan meses de escasez de agua en esta zona, de acuerdo con previsiones del Comité Científico de Protección Civil de la Bahía. Y, bien nos va, hasta junio-julio empezará a llover en la zona
Escasez de agua y desarrollo inmobiliario
Las sequías, el crecimiento poblacional y una infraestructura obsoleta se combinaron para llegar a este lamentable escenario, que las autoridades tratan de minimizar. Pero ahí están las cifras: entre 1996 y 2021 el suministro diario de agua por habitante se ha reducido casi a la mitad. Pasó de 570 litros a 308 litros diarios por habitante. Es imperante comenzar a actuar.
Al observar la desaforada edificación de condominios en zonas como Versalles, en Puerto Vallarta, o poblaciones como Bucerías o La Cruz, en Nayarit, muchas voces han expresado preocupación: ¿Cómo pueden construir viviendas, además de lujo, con la misma infraestructura urbana existente? El agua no alcanza y vemos frecuentes fugas en calles de, por ejemplo, la Versalles, señalan. No son pocos quienes piden evitar repetir los problemas de áreas como Emiliano Zapata (Zona Romántica) que tuvo un crecimiento desmedido en los últimos años y sufre de fallas en la infraestructura de distribución y el drenaje.
No sólo es un asunto de índole gubernamental, sino también responsabilidad de desarrolladores que construyen modernos y lujosos edificios de departamentos pero que no toman en cuenta los costos y carencias que deberá asumir la comunidad a muy mediano plazo.
¿Qué puedes hacer tú?
- Usa el agua de forma responsable.
- Reporta fugas o desperfectos en la red de agua.
- Exige a las autoridades políticas públicas para la gestión eficiente del agua.
- Participa en iniciativas para la conservación del agua.
El futuro de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas está en juego. Es hora de unir esfuerzos para garantizar el acceso al agua para las generaciones presentes y futuras.
El agua es un tesoro, cuidémosla.